De perdedor desafortunado a “conciencia verde” de EU

Los seguidores del ex presidente estadunidense no pierden las esperanza de que se lance de nueva cuenta como candidato a la presidencia.

Washington.- Hace apenas siete años, una polémica decisión del Tribunal Supremo estadounidense transformó a Al Gore en el gran perdedor de las elecciones presidenciales de 2000 y cortó sus aspiraciones a llegar a la Casa Blanca en medio de desafortunadas circunstancias y después de haber desempeñado el cargo de vicepresidente de Bill Clinton durante ocho años. Pero las heridas cicatrizaron con rapidez.

El hombre de Tennessee no tardó en aparecer renovado en un insigne activista ambiental que alertaba sobre los peligros del cambio climático. Para muchos, el político de 59 años se convirtió en un suerte de “conciencia verde” de Estados Unidos.

Su incansable compromiso con la protección medioambiental ha sido reconocida hoy con el Premio Nobel de la Paz por el comité noruego.

A principios de año, la misión de Gdente: su documental sobre cambioclimático “An inconvenient truth (”Una verdad incómoda”), fue galardonado con un Oscar de Hollywood. Sus seguidores celebraron el premio y apoyaron al ganador como a una estrella de rock.

Cuando poco después el ex vicepresidente acudió al Congreso estadounidense en calidad de experto en clima, los partidarios hicieron cola durante horas para conseguir un lugar y poder presenciar la comparecencia.

El calentamiento global pasó a ocupar un papel preponderante en el debate de Estados Unidos, y muchos están convencidos de que Gore tiene gran parte de responsabilidad en haberlo conseguido.

Ya abierta la carrera para suceder a George W. Bush en la presidencia, los admiradores de Gore se preguntan si 2008 no será una buena ocasión para que el ex candidato vuelva a intentar llegar a la Casa Blanca.

Gore, sin embargo, descarta una y otra vez esa posibilidad e insiste en que sus planes son otros. Sus seguidores no se rinden. El miércoles, un grupo que apoya la candidatura de Gore publicó un anuncio en el diario “The New York Times” para impulsarla, por un valor estimado en unos 65.000 dólares.

La concesión del Nobel les dará nuevas esperanzas de que Gore vuelva a pensárselo otra vez.

DPA