miércoles, 28 de noviembre de 2007

Se ensaña con los más pobres: PNUD

Se ensaña con los más pobres: PNUD

Nancy Díaz

Advierte que podría revertirse la mejora en el bienestar de la población, y llama a México a reducir sus crecientes emisiones de CO2

La creciente incidencia de catástrofes climáticas tendrían como consecuencia la pérdida de 60 por ciento de la producción de maíz de temporal en el país, afectando con ello el bienestar y patrimonio de al menos dos millones de agricultores que dependen de esta producción.

Es que el incipiente avance de México en el combate a la pobreza y el mejoramiento del bienestar de su población se ha puesto en riesgo como consecuencia de los efectos del cambio climático, sentenció el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

Al presentar el Informe de Desarrollo Humano 2007-2008, Luis Felipe López Calva, economista en jefe para América Latina y el Caribe del organismo, determinó que ya se han registrado las primeras señales de deterioro del capital humano en el país, esto es, efectos negativos en la calidad de la salud, los ingresos o la educación de las personas. Reconoció que de continuar la tendencia actual, estas secuelas podrían intensificarse.

El funcionario detalló que entre 1998 y 2000, la probabilidad de que los niños menores de cinco años en México enfermaran, aumentó 16 por ciento en casos de sequía, mientras que despuntó 41 por ciento cuando se presentaron inundaciones.

Esos fenómenos climatológicos tuvieron incidencia en el aumento del trabajo infantil, pues ante la pérdida del patrimonio de los más pobres, las familias tuvieron que optar por inducir a los menores al trabajo, en lugar de continuar con sus estudios.

Ante ello, el especialista advirtió que la reducción en los índices de pobreza de México podrían revertirse, mientras que los efectos positivos en educación y salud entre la población, podrían desaparecer.

Como ejemplo explicó que entre los años 2000 y 2004 se reportó un promedio anual de 326 desastres climáticos en el mundo, poniendo en riesgo la integridad y el patrimonio de 262 millones de personas por año.

“Ello significa que la incidencia de catástrofes se ha duplicado con relación a lo que se experimentaba en 1980. Y si bien no se puede atribuir todos los ciclones, huracanes, inundaciones y sequías al cambio climático, lo que es una realidad es que la incidencia ha crecido, la probabilidad de que ocurran es cada vez mayor; sin duda, el cambio climático abona y contribuye a que estos fenómenos sean, no sólo más intensos, sino más continuos”.

En específico, se debe tomar en cuenta que México enfrenta un riesgo especial, pues uno de los efectos más emblemáticos es el incremento en el nivel del mar.

“Con un aumento de 50 centímetros en el nivel del mar, más de un tercio de las playas del Caribe se perderían. Incluso se ha llegado a estimar que algunas islas de Bahamas desaparecerían”.

Por ello, consideró necesario emprender una serie de políticas públicas a nivel nacional, regional y mundial, que reviertan el cambio de temperatura. Entre las más importantes, la reducción de las emisiones de gases invernadero, y en especial, del dióxido de carbono (co2).

Para México este no debe ser un objetivo menor, pues detalló que en este último reporte de Desarrollo Humano, se registró que al cierre del 2004 México emitía 437.8 millones de toneladas de CO2, lo que representa 1.5 por ciento del total de las emisiones a nivel internacional.

“Si bien con este volumen México no se encuentra entre los principales generadores de co2 a nivel mundial, en los últimos años ha incrementado esta cantidad hasta colocarse por arriba del promedio de América Latina, y entre los más contaminantes de la región”.

Incluso, las cifras presentadas revelan que la población mexicana contribuye con 31 por ciento de las emisiones latinoamericanas, pues la región generó en este mismo año, mil 422 millones de toneladas métricas de co2.

Desde otra perspectiva, la creciente contribución de México al cambio climático se puede observar con el mayor consumo de energía eléctrica, el nivel de deforestación y, en consecuencia, en las mayores emisiones de co2 por mexicano.

Así, se tiene que mientras en el Informe de Desarrollo Humano del año 2000, el PNUD reportaba que cada mexicano gastaba mil 827 kilowatios por hora de energía eléctrica, para este último informe 2007-2008, el organismo reporta que el consumo por habitante subió 17 por ciento, hasta alcanzar los dos mil 130 kilowatios por hora.

En cuanto a la superficie forestal se contabilizó que entre los años 1990 y 2005, México perdió 47.8 miles de kilómetros cuadrados.

Resultado de estas acciones y algunas otras que también favorecen la emisión de gases invernadero, cada mexicano generó 4.20 toneladas métricas de co2, según el más reciente reporte. Ello, mientras en el informe de 2000 se reportó que cada mexicano emitía 3.70 toneladas métricas. Así, a lo largo de siete años de reportes, se registró un incremento de 13.51 por ciento.

Mejoran mexicanos nivel de bienestar

En el último año, los mexicanos registraron una mejoría en su nivel de bienestar, aunque siguen adoleciendo en materia de ingresos, reveló el Informe de Desarrollo Humano del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

El estudio reportó las evaluaciones en materia de desarrollo humano realizadas a 177 países del mundo. En este sentido, informó que México ocupó la posición 52 de la tabla global, lo que representó el avance de una posición con respecto al informe previo.

México recibió en este año una calificación de 0.829 puntos, en una escala en donde cero es la ausencia total de desarrollo humano, mientras que un punto es la plenitud en materia de bienestar de ingresos, salud y educación.

Esta calificación es mejor a la observada en el informe de 2006, cuando el nivel de bienestar de los mexicanos mereció 0.821 puntos, colocándole en la posición 53 de la tabla.

Para asignar esta calificación se evaluaron los tres ámbitos mencionados de manera individual. Así en el indicador que mide el nivel de salud, esto es, en el índice de expectativa de vida, México recibió 0.843 puntos, luego de que el año pasado había logrado 0.8400 puntos.

En lo referente al índice de nivel educativo de los mexicanos, el PNUD le calificó este año con 0.863 puntos.

Sin embargo, en donde observó la menor de las calificaciones fue en materia del índice de ingreso, el cual se mide con referencia al PIB por habitante. En este sentido, México había logró 0.781 puntos este año, luego de haber observado una puntuación de 0.770 puntos en 2006. A pesar del avance, sigue siendo el peor calificado.

Cabe recordar, que en el último Informe de Desarrollo Humano de México, en donde se evaluaron los niveles de bienestar de las 32 entidades del país, se resaltó la gran disparidad de bienestar que existe entre las entidades más desarrolladas, y las menos desarrolladas, que históricamente han sido Oaxaca, Chiapas y Guerrero.


El país debe liderar la negociación latinoamericana

Para combatir las causas que están provocando el cambio climático, México debe liderar una visión regional, que le permitirán tener éxito en las negociaciones internacionales sobre el tema, asegura Luis Felipe López-Calva.

El economista en jefe para América Latina del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), explica a esta publicación que reducir las emisiones de gases invernadero a nivel mundial no es una tarea sencilla. Y llegar a un acuerdo internacional sobre qué país reducirá una cantidad específica de emisiones, implicará tensas negociaciones.

Ello, porque se ha demostrado que mientras las naciones más pobres han dejado una “huella ecológica” o un daño a los ecosistemas apenas perceptible, los países más ricos, por su grado de industrialización, han impactado mucho más, y son los mayores emisores de gases invernadero.

Si los países ricos contaminan más en términos de generación de CO2 por habitante, deben contribuir con más recursos para ayudar a los países pobres a enfrentar este problema. Porque lo cierto es que los países más pobres sufren las consecuencias con más consistencia que los desarrollados, pero no tienen el mismo capital para solucionar el problema, sostiene.

“Y en el caso de México lo que pasa es que comparte las mismas consecuencias climatológicas que el centro y el sur de América Latina; tienen características de riqueza y pobreza muy similares. Sería un error que México llegara a dialogar como país y no como región”.

Entre los puntos que se podrían negociar en esta próxima reunión que comenzará el próximo lunes y terminará el 14 de diciembre, se encuentran, además del fondo internacional para combatir los efectos, los precios para las emisiones de carbono, impuestos y nuevas regulaciones.

“Los cambios en las estructuras de incentivos, son una condición vital para acelerar la transición hacia el crecimiento con bajos niveles de emisión de carbono”, explica el funcionario.

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